Pocas figuras surgidas de la cultura popular durante la segunda mitad del siglo XX han llegado a ser más célebres y queridas que Stan Lee. Como guionista y director editorial de Marvel Comics durante tres décadas, ganó fama como el supuesto creador de varios de los personajes de ficción más reconocibles, entrañables y rentables del mundo: Spiderman, Los Vengadores, La Patrulla-X, el Increíble Hulk, Los Cuatro Fantásticos, Pantera Negra… la lista es interminable y, a partir de sus orígenes como humilde entretenimiento destinado a los jóvenes, acabaron por formar el entramado de una industria multimillonaria. En los años sesenta, su destreza como promotor y su labia de publicista contribuyeron a relanzar la industria del cómic estadounidense en general y el género superheróico en particular. En los setenta, su popularidad entre los jóvenes le llevó a convertirse en uno de los conferenciantes más solicitados por las universidades de Estados Unidos. A finales de los noventa, fue uno de los protagonistas de la burbuja de las puntocom. Ya en el siglo XXI, sus intervenciones en las películas producidas por Marvel tocaron la fibra de millones de fans. Cuando falleció en 2018, los homenajes y muestras de cariño se sucedieron por todo el mundo, cimentando aún más su legado. Sin embargo, por debajo de las alabanzas, también hay voces que llevan décadas pidiendo un escrutinio más atento de dicho legado.
A partir de más de 150 entrevistas exclusivas y miles de páginas de documentos históricos, Verdadero creyente abarca desde los traumáticos orígenes familiares de Stan en la turbulenta Rumanía de finales del siglo XIX hasta sus tristes y postreros días en Los Ángeles. Por el camino, explora momentos como sus inicios en la industria del cómic como ayudante de Joe Simon y Jack Kirby, su participación en la división de propaganda del Ejército de los EUA durante la Segunda Guerra Mundial junto a luminarias como Frank Capra, William Saroyan o Charles Addams, la explosión de fama y creatividad experimentada por Marvel Comics o sus intentos por labrarse una carrera en el cine mediante colaboraciones con artistas tan diversos como Lloyd Kaufman o Alan Resnais. Sin embargo, también profundiza en numerosas cuestiones incómodas. ¿De verdad fue Stan el responsable de crear los personajes que le dieron fama mundial? ¿Hasta dónde llegó su complicidad en el fraude por valor de millones de dólares cometido por las empresas que fundó tras salir de Marvel? ¿Qué miembros del séquito de estafadores y aprovechados que lo rodeaban fueron los principales responsables de la desdicha que tiñó sus últimos días? Y, por encima de todo, ¿qué fuerzas impulsaban a este hombre para alcanzar grandes logros… y seguir jactándose siempre de otros aún mayores?
«Verdadero creyente es una biografía que se lee como un thriller o una novela de misterio. Es la exploración de una tragedia que a menudo cae en la farsa: la vida, permanencia y muerte de un vendedor y editor que soñaba con ser algo más. Revela todos los pliegues de Stanley Lieber el hombre y de Stan Lee el personaje y marca registrada, y lo hace consiguiendo ser escrupulosamente honesta, profundamente irrefutable y en ocasiones incluso desoladora».
— Neil Gaiman
«Hay más de media docena de biografías de Stan Lee, pero siempre se han centrado en su versión de los acontecimientos. Riesman aspira a contar una visión más realista y menos mitificada de su historia, consiguiendo pintar a Stan bajo una luz mucho más humana y, como resultado, más fascinante. Verdadero creyente es tan ecuánime y está todo lo bien documentado y escrito que uno podría exigirle a un libro sobre Stan Lee».
— Russ Burlingame, Comicbook.com
«Una extraordinaria muestra de periodismo desmitificador que sorprenderá incluso al más obsesivo fan de Marvel. Abraham Riesman nos ofrece al Stan Lee real, desenmarañando tramas legales, resolviendo disputas y hallando ocasionales estallidos de genio».
— David Weigel
«Un libro necesario para cualquiera interesado en las duras verdades de la naturaleza humana y el negocio de la cultura popular de los últimos ochenta años. Una aportación significativa a la historiografía de los cómics».
— Forbes