Es Pop Ediciones

Cuando los tebeos eran peligrosos


Durante los años transcurridos entre el final de la Segunda Guerra Mundial y la irrupción de la televisión como medio de masas a mediados de los cincuenta, el entretenimiento más popular entre los jóvenes de Norteamérica fue el cómic. Tan popular, de hecho, que acabó provocando alarma y verdadero pánico entre los guardianes de la moral y las buenas costumbres. En La plaga de los cómics, que Es Pop Ediciones publicará próximamente, el ensayista David Hajdu explora las raíces y consecuencias de aquella controversia que, pese a haber copado en su día las primeras planas de los periódicos, es en palabras del propio autor «un capítulo prácticamente olvidado en la historia de las guerras culturales, que además choca con ideas que hoy damos por sentadas acerca de la evolución de la cultura popular del siglo XX, entre ellas el nacimiento de la sensibilidad de posguerra; una sensibilidad hosca y descreída, resignada a la violencia y obsesionada con el sexo, recelosa de la autoridad y anclada en la inmadurez de la juventud, que suele asumirse como consecuencia del rock ’n’ roll. La realidad es mucho más compleja. Elvis Presley y Chuck Berry fueron la banda sonora de un movimiento creado por los cómics».

Ésta es la reveladora historia de un mundo al servicio de la imaginación, un mundo que existió durante un breve intervalo de tiempo en las pulposas, coloridas y atrevidamente ilustradas páginas de los tebeos que se vendían a cambio de una moneda de diez centavos en los quioscos y tiendas de chucherías de todo Estados Unidos. David Hajdu narra en La plaga de los cómics el modo en que las historietas acabaron provocando un cisma entre los jóvenes y sus padres, entre los patrones morales anteriores y posteriores a la Segunda Guerra Mundial, antes de que el rock diera voz a esa brecha generacional. Creados por jóvenes marginados de barrios humildes, los tebeos —chabacanos, desvergonzados y a menudo escandalosos— conquistaron de inmediato a los jóvenes y sirvieron a sus autores como lienzo sobre el que expresar sus ambiciones, abordando sin ambages temas como la criminalidad, el sexo, la codicia y la miseria, con creatividad, irreverencia y suspicacia frente a la autoridad.

Naturalmente, los cómics se convirtieron rápidamente en objetivo predilecto de los guardianes del orden y la decencia, siendo reprobados y perseguidos por grupos eclesiásticos, amas de casa melindrosas, intelectuales de salón y políticos McCarthystas. Padres y profesores organizaron quemas públicas de tebeos por todo el país. Varias ciudades votaron su prohibición. El Congreso tomó medidas y celebró vistas televisadas que prácticamente destruyeron las carreras de cientos de guionistas, dibujantes y editores. Pero, para Hajdu, «hoy resulta evidente que aquella histeria fue desde un principio fruto de muchas otras cuestiones aparte de los tebeos: cuestiones económicas, de clase y buen gusto; de tradiciones, religiones y prejuicios enraizados en un tiempo y lugar; de políticas presidenciales, la influencia de un nuevo medio llamado televisión y la manera en que las artes, al igual que las personas, crecen y se hacen adultas. La guerra contra los comic-books fue uno de los primeros y más encarnizados conflictos entre la juventud americana y sus padres, y hoy también parece evidente que mereció la pena librarla».

David Hajdu posee una de las prosas más perspicaces y elegantes entre los ensayistas sobre cultura popular de Estados Unidos. Igual que hizo con las vidas de Billy Strayhorn y Duke Ellington (en Lush Life) y de Bob Dylan y su círculo (en Positively 4th Street), Hajdu consigue con La plaga de los cómics devolverle la vida de manera inolvidable a un lugar, una época y un ambiente pocas veces estudiado con tal rigor, revisando de manera radical nociones establecidas sobre la cultura popular, la brecha generacional y la división entre arte «elevado» y «popular».

«La plaga de los cómics es el tercer libro en el que David Hajdu aborda un tema apropiado para una biografía de fan y lo convierte en algo de interés universal. Tras sus peculiares y reveladoras incursiones en el mundo del jazz (Lush Life) y de la música folk (Positively 4th Street), Hajdu se sumerge en el morboso y alocado universo de los primeros tebeos. «Era un mal momento para salirse de la norma», dice un dibujante rememorando los primeros años cincuenta. Para entonces, las cazas de brujas gubernamentales estaban en pleno auge y el temor del público ante la delincuencia juvenil resultaba fácil de avivar. Una historia asombrosa repleta de emoción y escalofríos más extremos que los de los propios tebeos».
—Janet Maslin, The New York Times

«Hajdu documenta con tenacidad una larga saga nacional de historietistas empeñados en poner a prueba los límites del contenido de sus obras al tiempo que se enfrentaban a la cuadrilla de las antorchas. Dicha cuadrilla estuvo compuesta, dependiendo del momento, por políticos, legisladores, predicadores, psicólogos y académicos. En ocasiones, su afán regulador recordaba al del Código Hays; en otras, fue una versión embotellada del McCarthysmo. La plaga de los cómics me ha causado una honda impresión y merece un hueco en la estantería de cualquiera que sienta aprecio por la historia del medio».
—Geoff Boucher, Los Angeles Times

«Meticulosamente documentado y escrito con garra, La plaga de los cómics narra la fascinante historia del orgullo, los prejuicios y la paranoia que marcaron la recepción del entretenimiento de masas durante la primera mitad del siglo XX y supone un aleccionador recordatorio de la facilidad con la que puede llegar a demonizarse el arte durante épocas de inestabilidad».
—Michael Saler, Times Literary Supplement

Recuperamos «Soy Ozzy», las memorias de Ozzy Osbourne

Desde hace ya algún tiempo, cada vez que participamos en ferias del libro y similares, una de las preguntas que más a menudo nos hacen los lectores es la de: «Oye, ¿y no tenéis vosotros la autobiografía de Ozzy?». «No, ésa ya la publicó otra editorial hace unos años». «¡Ah! Pues es que os pega mucho». Y ¿sabéis qué? Que los lectores tienen toda la razón y a ellos nos debemos; así pues, hemos decidido que 2018 era el año indicado para que Ozzy «vuelva a casa» y en cosa de pocos meses lanzaremos una nueva edición de Soy Ozzy, las memorias de Ozzy Osbourne.

«En el transcurso de los años se han contado muchas locuras sobre mí», afirma el cofundador de Black Sabbath. «O sea, de acuerdo: «Le arrancó la cabeza de un mordisco a un murciélago». Sí. «Le arrancó la cabeza de un mordisco a una paloma». Sí. Pero luego oyes cosas como que «Ozzy se presentó anoche en el concierto, pero se negó a actuar si no mataba antes a quince perritos». Vamos a ver, ¿matar a quince perritos? ¿Yo? Adoro a los perritos. Tengo dieciocho putos chuchos en casa. Aunque en mis tiempos maté a unas cuantas vacas, eso sí. Y gallinas. Estuvo lo de aquellas gallinas que me cargué en casa una noche.
»Todas esas locuras me atormentan. Todos y cada uno de los días de mi vida han sido un acontecimiento. Ingerí combinaciones letales de alcohol y drogas durante treinta putos años. Sobreviví al impacto directo con un avión, sobredosis suicidas, enfermedades venéreas. He sido acusado de intento de asesinato. Después casi me muero al pillar un bache yendo en quad a tres putos kilómetros por hora.
»La gente me pregunta cómo es que aún sigo vivo, y no sé qué decirles. Si de pequeño me hubieras puesto en fila junto con los demás niños de mi calle y me hubieras preguntado cuál de nosotros iba a llegar a los sesenta, cuál de nosotros iba a acabar teniendo cinco hijos, cuatro nietos y casas en Buckinghamshire y Beverly Hills, jamás habría apostado por mí, ni de puta coña. Pero aquí estoy: dispuesto a contar mi historia, con mis propias palabras, por primera vez.
»Gran parte de la misma no será agradable. En mis tiempos hice bastantes barrabasadas. Siempre me he sentido atraído por el lado oscuro. Pero no soy el diablo. Sólo soy John Osbourne: un chaval de clase obrera de Aston que un buen día se despidió de la fábrica para salir a pasárselo bien».

«Sentirás la necesidad de compartir varias de sus anécdotas con el primero que pase».
—Simon Garfield, The Guardian

«Una autobiografía tan embriagadora y adictiva como cualquiera de las drogas ingeridas por el autor».
Kirkus Review

«Un texto hilarante, aunque muy a menudo deje un regusto muy amargo. Hará las delicias de quienes busquen cotilleos de alto voltaje».
—José Luis González, The Cult

«Es muy difícil que una biografía roquera esté a la altura de los desfases y locuras descritos en Los trapos sucios, pero si alguien puede discutir el trono de la irracionalidad a Mötley Crüe, ese es sin duda el bueno de Ozzy Osbourne».
—Juan José Diez, Max Metal

«Tanto para los fans del cantante, parroquianos metaleros y nostálgicos del rock duro, devoradores de biografías imposibles o incluso historiadores, psicólogos o sociólogos, este testimonio se erige en un documento de lectura imprescindible».
—Jesús Sánchez, Underbrain

Carmack, Romero y el juego que cambió a una generación


Siguiendo con nuestra política de rescatar para el mercado español ensayos culturales de referencia, inexplicablemente inéditos hasta la fecha en castellano, Es Pop Ediciones publicará el próximo mes de enero uno de los títulos más aclamados del (a falta de un término mejor) nuevo periodismo tecnológico. Se trata del ya mítico Maestros del Doom, de David Kushner. Maestros del Doom: Cómo dos colegas crearon un imperio y transformaron la cultura popular recoge la increíble pero verídica historia de John Carmack y John Romero, el Lennon y el McCartney de los videojuegos. Juntos, revolucionaron las posibilidades del medio tanto a nivel tecnológico como temático, desafiaron todos los modelos de negocio establecidos para levantar una empresa multimillonaria y crearon polémica a nivel internacional. Por encima de todo, vivieron una singular y emocionante versión del esquivo «sueño americano», dejando atrás los hogares rotos de su infancia para entregarse en cuerpo y alma a su obsesión por los juegos y la informática, creando en el proceso dos de las más exitosas, célebres y controvertidas franquicias de la historia de los videojuegos: Doom y Quake. Hasta que los mismos juegos que habían creado acabaron por separarles. Es una historia de amistad y traición, de arte y comercio, de esfuerzo y tecnología; una crónica apasionada de lo que significa ser joven, entusiasta y creativo.

En opinión de David Kushner, «para un escritor no hay nada como explorar un mundo poco transitado. Y el mundo de los gamers, a pesar de su impacto cultural, económico y artístico, sigue siendo un misterio para muchísima gente. Por eso escribí Maestros del Doom. Crecí leyendo los libros del nuevo periodismo y me di cuenta de que tenía la oportunidad de hacer por los gamers lo que Tom Wolfe hizo por los astronautas: recrear su historia más representativa y ponerle un rostro humano. Estos chicos jamás aceptaron un no por respuesta. Y continuamente se salían de tal modo de los márgenes establecidos que, en determinado momento, un periodista dijo que hacían que Microsoft pareciera una fábrica de cemento. Incluso si no te interesan los videojuegos, su pasión y su dedicación resultan admirables. Es uno de los motivos por los que escribí este libro como una reconstrucción del pasado. Quise que los lectores se sintieran como si estuvieran allí con ellos, viviendo aquella increíble aventura y barriendo los obstáculos en el camino».

Y obstáculos desde luego no escasearon. Primero, los tecnológicos. Para desarrollar sus primeros juegos, Commander Keen y Wolfenstein 3D, Carmack y Romero tuvieron que enfrentarse a la escasa potencia y a la pobreza gráfica de los ordenadores personales de finales de los años ochenta, desarrollando nuevas técnicas de programación que les permitieran emular la velocidad y la complejidad de las máquinas recreativas. Su trabajo dio un salto cuantitativo con la creación del motor gráfico de Doom, con el que consiguieron aportar una sensación de profundidad, movimiento y tridimensionalidad completamente inusitada para la época. En segundo lugar, estuvieron los obstáculos económicos: las perspectivas eran de todo menos buenas para una pandilla de veinteañeros sin ningún tipo de apoyo, empeñados en salir adelante como empresa independiente en un mundillo dominado por grandes multinacionales. Su apuesta por el shareware como método de distribución y su negativa a ceder los derechos de sus obras a intermediarios les convirtieron en pioneros del comercio electrónico, además de hacerles millonarios. Por último, estuvieron los obstáculos sociales. La representación gráfica de la violencia y la imaginería demoníaca presentes en Doom hicieron del juego un objetivo habitual de periodistas, portavoces religiosos, grupos censores y políticos empeñados en controlar la industria de los videjuegos. Cuando se supo que uno de los perpetradores de la matanza de Columbine era un ávido jugador de Doom, tanto el juego como sus creadores se convirtieron en diana de unos niveles inusitados de vitriolo. Tal como comenta Kushner: «Por diversas razones, ninguno de los dos John habló demasiado con la prensa tras la tragedia de Columbine, cuando ciertas personas sugirieron que Doom había inspirado a los asesinos. Me alegra que por fin hayan tenido la oportunidad de contar su parte de la historia en mi libro. Ambos consideran que sus juegos fueron injustamente acusados por un crimen terrible que no tenía una explicación sencilla. Estoy de acuerdo con ellos».
En resumen, Maestros del Doom es la emocionante y más completa crónica de una revolución cultural y tecnológica que trajo consigo cambios radicales cuyas consecuencias todavía estamos experimentando.

«Como Hackers, Maestros del Doom pinta un retrato fascinante de programadores visionarios que transformaron una afición hasta entonces marginal en una especie de arte para el siglo XXI… cabreando a toda una generación de padres en el proceso. Kushner relata la historia con inteligencia y gran sentido del ritmo. Maestros del Doom engancha tanto como los propios juegos».
— Steven Johnson, autor de Sistemas emergentes

«El cautivador relato de los Dos John tiene un ritmo endiablado, describiendo los caprichos y giros del destino que les condujeron a unir fuerzas para crear los videjuegos más intensos de su generación. Una excitante combinación de biografía y tecnología».
Usa Today

«Un libro de lectura gozosa. Maestros del Doom recrea a la perfección una era en la que un par de marginados brillantes crearon su propia y retorcida versión del Sueño Americano».
The New York Observer

«La estructura del libro abarca varias décadas de manera notable y los detalles están bellamente organizados. Kushner es un cronista atento y habilidoso».
The New York Times

«Kushner pinta un retrato vívido y absorbente. Una impresionante crónica social narrada con destreza».
The New York Times Book Review

«Una historia fascinante. Cualquier fan de Doom y Quake probablemente devorará el libro de una sentada».
Los Angeles Times

David J. Skal y la biografía secreta de Bram Stoker

El próximo 8 de noviembre se cumplirá el 170 aniversario del nacimiento de Bram Stoker, el inmortal creador de Drácula, novela de la que este año se han cumplido también los 120 años de su publicación. Dos cifras de órdago que, nos ha parecido, exigían una celebración especial. Dicho y hecho, este mes de octubre publicaremos la más reciente y extensa biografía del autor irlandés escrita hasta la fecha, Algo en la sangre: la biografía secreta de Bram Stoker, de David J. Skal. Como en sus anteriores historias culturales, Monster Show y Hollywood Gótico, Skal va mucho más allá de la mera biografía para sumergirnos de lleno en las turbulentas postrimerías de la época victoriana, usando a Stoker como paradigma y centro de referencia para explorar la cultura, el arte, la sexualidad y los secretos de una era que nos dio el prerrafaelismo y a Audrey Beardsley, el teatro de Henry Irving y Sarah Bernhardt, a Darwin y Oscar Wilde, pero también la Gran Hambruna, las neblinas tóxicas, a Jack el Destripador y, en última instancia, a Drácula.

Publicada en 1897, Drácula ha tenido una larga y polifacética vida. Sin embargo, Bram Stoker nunca ha dejado de ser una presencia en cierto modo espectral en su mitología, una figura rodeada de misterios y casi más enigmática que su personaje de ficción. En Algo en la sangre, la biografía secreta de Bram Stoker, David J. Skal exhuma el mundo interior y el extraño genio del escritor que alumbró a un icono cultural eterno, pintando un retrato exhaustivo y sorprendente de la era en la que nació; una época en la que la muerte no era una metáfora, sino una amenaza constante, fácil de imaginar como personaje de carne y hueso.
Como en sus anteriores historias culturales, Skal se apoya en numerosos documentos descubiertos recientemente (entre ellos diarios, cartas, poemas y relatos inéditos del autor, así como su correspondencia con Walt Whitman, reproducida por primera vez en su totalidad en este volumen) para poner a prueba gran parte de las cosas que asumimos sobre Drácula, Stoker y la era victoriana en su conjunto.

Nacido en Dublín en el seno de una familia protestante de clase media en el «Negro 47» —el año que la hambruna de la patata asoló el país—, los primeros años de la vida de Stoker transcurrieron marcados por un desfile de misterios y horrores médicos victorianos: el cólera y el tifus, las sangrías y el láudano, el mesmerismo, los elixires «curalotodo» y la obsesión por la «sangre corrupta» que impregna las páginas de Drácula. Aunque destinado a ser recordado por su legendario conde transilvano, Stoker fue un prolífico escritor, periodista y crítico teatral; pupilo de Lady Jane Wilde y rival romántico de su hijo Oscar; mano derecha durante veinticinco años del actor más importante de su época, Henry Irving; agente y amigo íntimo del escritor más vendido a finales del XIX, Hall Caine; y contertulio habitual de Philip Burne-Jones, Sir Arthur Conan Doyle, Genevieve Ward, Horace Wyndham y Mark Twain entre muchas otras luminarias de la época. En este incisivo retrato psicológico y cultural del creador de uno de los monstruos más memorables de la historia, Skal nos revela toda una vida dedicada a abordar las grandes cuestiones de su época: una era marcada por las enfermedades, actitudes enfrentadas hacia el sexo y el papel de los géneros, innovaciones científicas sin precedentes, temores atávicos y crisis de fe. La pugna literaria de Stoker con estos y otros grandes temas quedó destilada en un moderno cuento de hadas que ciento veinte años más tarde continúa aterrando y fascinando por igual.

«Por fin David Skal ha puesto a Bram Stoker en una amplia variedad de contextos culturales, sociales y sexuales victorianos, iluminando en el proceso los pensamientos, escritos y acciones del autor de Drácula. Nunca nos habíamos acercado tanto a él y bien es posible que sea todo lo cerca que vamos a estar. Astutamente escrita, bien documentada (con un uso juicioso de descubrimientos recientes), atenta al detalle y entretenida de leer, la de Skal es la mejor y más equilibrada biografía de Bram Soker escrita hasta ahora».
— Sir Christopher Frayling, autor de Algo que ver con la muerte y Vampyres: Lord Byron to Count Dracula

Por fin una biografía definitiva de Philip Lynott


Biografías de Philip Lynott habíamos leído varias, pero podemos decir con toda sinceridad que ninguna como Cowboy Song, un excepcional trabajo de Graeme Thomson editado originalmente el año pasado (coincidiendo con el trigésimo aniversario de la muerte del inolvidable cantante, bajista y compositor irlandés) y que Es Pop publicará en España el próximo mes de mayo. Aunque se trata de la primera biografía oficial escrita con la cooperación de la familia Lynott, que ha aportado numerosos documentos y valiosa información inédita a la obra, Cowboy Song no es ni mucho menos una hagiografía ni tampoco un relato idealizado o sesgado del malogrado líder de Thin Lizzy. Thomson traza con férreo rigor un retrato poliédrico, complejo y completo de Lynott, con todas sus luces y sombras, sin pasar por alto ni dulcificar los detalles más turbulentos y en última instancia dramáticos que condujeron a su prematuro fallecimiento a la edad de treinta y seis años.

El libro explora las fascinantes contradicciones entre los desmedidos excesos del Lynott rockero y la vida del tímido y sensible «huérfano» criado por su abuela en un barrio obrero de Dublín. Hijo ilegítimo de una adolescente católica irlandesa huida de casa y de un emigrante guyanés llegado a Inglaterra como polizón, Lynott se sobrepuso a las penurias de su primera infancia, al asombro que despertaba el color de su piel en un entorno en el que era verdaderamente único y a una hiriente y permanente sensación de abandono, para acabar convirtiéndose en la primera estrella de rock surgida de Irlanda. Cowboy Song examina a fondo su trayectoria musical, así como la singular mezcla de influencias culturales que dieron forma a sus canciones, en las que ricas tradiciones líricas, mitológicas y poéticas irlandesas fueron a encontrarse con el rock duro, el folk progresivo, el soul e incluso la Nueva Ola.

Aunque Graeme Thomson estaba familiarizado con la música de Lynott y Thin Lizzy, el grupo con el que triunfó en los años setenta gracias a himnos como «Jailbreak», «The Boys Are Back in Town» y «Dancing in the Moonlight», lo que realmente llamó su atención fue el abismo entre el personaje carismático y chulesco proyectado por Lynott sobre el escenario y sus letras a menudo delicadas y dotadas de una gran sensibilidad. «Su escritura tenía algo que me intrigaba», cuenta el autor. «Daba muestras de una verdadera sensibilidad poética que parecía darse de bruces con su manera de presentarse ante el público. Aquél fue el punto de partida. Me pareció un tío interesante con el que pasar una temporada».

Lynott era un lector voraz, devoto de Camus y F. Scott Fitzgerald. Publicó dos volúmenes de poesía y adoraba a Frank Sinatra, pero también creía que la gente esperaba cierto comportamiento por parte de las estrellas de rock y asumió tal comportamiento con entusiasmo. «Quise explorar la dicotomia de alguien que, en el fondo, es bastante callado y reflexivo pero que extrae gran parte de su autoestima y su identidad del hecho de ser una estrella de rock y que explota esa imagen», elabora Thomson. «La descarada masculinidad de Lynott no contaba con precedentes en la música irlandesa y tuvo un impacto casi revolucionario. Pasó a representar una figura de poderío en un país todavía aquejado de un intenso complejo de inferioridad. Transmitía una sensación de seguridad cultural que fue asimilada por aquellos que siguieron su estela».

Graeme Thomson es autor de varios libros sobre música, entre ellos Under the Ivy: The Life & Music of Kate Bush y Behind the Locked Door, una biografía de George Harrison. Sus artículos aparecen con regularidad en publicaciones como The Guardian, Uncut, GQ, Mojo y Rolling Stone. Para elaborar su biografía de Philip Lynott, ha realizado decenas de nuevas entrevistas exclusivas con familiares, amigos, colegas, compañeros de grupo y colaboradores, que se complementan a la perfección con un riguroso trabajo de documentación y hemeroteca. El resultado final se asemeja por momentos al de una historia oral, reflejando en toda su complejidad las múltiples facetas de un verdadero icono del rock y brindándonos lo más parecido que tendremos nunca a una biografía definitiva de Philip Lynott.

«Un relato auténtico, entretenido e irreverente. Lo que tenemos aquí no es un panegírico, sino un testimonio sincero y por momentos doloroso del precio asociado al estrellato».
—Sam Boland, The Irish Examiner

«Una crónica seria y minuciosa tanto del auge como de la caída de Phil. Meticulosamente documentada, rica en detalles».
—Paul Brannigan, Classic Rock

«Ningún libro hasta ahora le había tomado tan bien la medida».
Mojo

«Una biografía afectuosa, impecablemente documentada».
Mail on Sunday

«Un trabajo extraordinario. La biografía definitiva»
The Irish Independent