Es Pop Ediciones

En febrero: Chinatown y el ocaso del viejo Hollywood

Chinatown es uno de los filmes más memorables de la que quizá sea la década más memorable del cine norteamericano. Incluido de manera habitual en las listas de las mejores películas de la historia, su exquisita mezcla de clasicismo y modernidad, nostalgia y desencanto, belleza y sordidez, le han garantizado un lugar especial en el corazón de numerosos cinéfilos de todo el mundo, pero hasta ahora nadie había contado al detalle la increíble historia real que rodeó tanto la preparación como el rodaje de este auténtico hito de Hollywood. Con El gran adiós, Sam Wasson ha hecho precisamente eso y mucho más. Tomando la realización de Chinatown como punto de partida, el autor va más allá del simple «cómo se hizo» para explorar y contextualizar el filme como un punto de inflexión en la cultura general, retratando de paso el glorioso periodo que lo alumbró.

En manos de Sam Wasson, la historia de Chinatown se convierte en la historia determinante de cuatro de los personajes más pintorescos y relevantes en el Hollywood de los años sesenta y setenta. Aquí tenemos a Jack Nicholson, una de las grandes estrellas que ha dado el medio en el momento más creativo de su carrera, recién salido de El último deber y a punto de embarcarse en su gran y malograda relación amorosa con Anjelica Huston. Aquí tenemos a Roman Polanski, presa y depredador, atormentado por el salvaje asesinato de su esposa, regresando por primera vez a Los Ángeles, la escena del crimen, donde pronto plantará las semillas de su propia destrucción. Aquí tenemos el febril mundo de negociaciones y especulación de Robert «The Kid» Evans, consumado productor al frente de Paramount durante una de las épocas de mayor gloria del estudio, bajo cuya tutela surgirían películas tan extraordinarias como El Padrino, Harold y Maude, Luna de papel, El confidente, Amenaza en la sombra, Serpico, La conversación, El último testigo o Nashville. Y aquí tenemos también a Robert Towne, uno de los escritores más respetados en Hollywood y ganador del Oscar precisamente por el guión de Chinatown, ampliamente considerado el mejor guión original jamás escrito.

Wasson, entre cuyos libros destacan la biografía Fosse y Quinta Avenida, 5 A.M. (una crónica sobre el rodaje de Desayuno con diamantes), pela las capas del mito para contar por primera vez la verdadera historia de la creación de este clásico del cine con todas sus luces y sombras, entretejiendo los retratos de estos cuatro individuos sumamente imperfectos y el modo en que llegaron a coincidir una sola vez para crear una obra de arte casi perfecta, frente al telón de fondo de la desaparición del cine clásico y su sustitución por el Hollywood de las grandes corporaciones que conocemos en la actualidad.

El gran adiós será llevado a la gran pantalla en una película dirigida por Ben Affleck. A la venta el 17 de febrero. Descárgate un adelanto aquí.

«La fascinante e irresistible descripción que hace Sam Wasson del talento y las ideas que dieron forma a Chinatown es más que una mera biografía de un hito del cine. Su intensiva labor documental le ha permitido crear un tapiz tan rico en detalles que los personajes cobran vida sobre la página».
—Peter Biskind, autor de Moteros tranquilos, toros salvajes

«Sam Wasson ha escrito un libro inteligente, humano y completamente absorbente sobre todo un referente del cine estadounidense. Con su rica descripción del Hollywood de los setenta, El gran adiós queda sustentado por un fantástico nivel de detalle periodístico al tiempo que se mueve con la urgencia de una novela».
—Julie Salamon, autora de The Devil’s Candy

«Detallada y adictiva crónica de una de las mejores películas jamás salidas de Hollywood. Chinatown es un filme melancólico y salvaje que mejora con cada nuevo visionado, sobre todo cuando uno cuenta con la profunda perspicacia y los fascinantes detalles aportados por Wasson en este libro».
—Rob Latham, Los Angeles Review of Books

«Un libro de cine excepcional que va mucho más allá de la historia de la producción de Chinatown. Wasson escribe sobre Los Ángeles con el mismo amor y la misma diligencia que Towne aportó al guión. El gran adiós es un trabajo digno de Chinatown; no concibo mayor elogio».
Sight and Sound

«Un trabajo de una precisión exquisita. Wasson es uno de los grandes cronistas del pasado de Hollywood y esta vez se ha superado a sí mismo».
—Janet Maslin, The New York Times

«El gran adiós es una digna y elegante elegía a toda una época.  Será difícil encontrar un libro mejor sobre cine publicado este año».
—Christopher John Stephens, PopMatters.com

«Si te encanta Chinatown, te encantará El gran adiós. Una gran lectura para cualquier enamorado del cine norteamericano».
Kirkus Reviews

Participa en el concurso de Satán y brinda con «Dimoni»

Para celebrar que el lanzamiento de Satán es real: la balada de los Louvin Brothers ha coincidido con que este mes de diciembre se cumplen doce años desde que esta editorial inició su andadura, os queremos hacer un regalito navideño, un modesto pero sabroso lote compuesto por:

• Una botella de vermut rojo «Dimoni», (con etiqueta ilustrada por Ata Lassalle).
• Una bolsa de «galletó» de Mallorca, cortesía de Gori de Muro.
• Una camiseta de Es Pop Ediciones.

¿Cómo participar? Es muy sencillo. Paso 1: Síguenos en Instagram y/o Twitter (si ya nos sigues en cualquiera de las dos redes, puedes saltar directamente al siguiente. Paso 2: Sube a Instagram o Twitter una foto de cualquier libro (o libros) de Es Pop Ediciones, en cualquier entorno o situación, con gente o sin gente, con tu gato o tu periquito, con comentarios o sin ellos; lo único verdaderamente imprescindible es que acompañes la foto con el hashtag #elconcursodesatan (imprescindible para contabilizar las participaciones).

• Bola extra para fans de los Hermanos Louvin. Si uno de los libros que aparece en la foto es Satán es real, añadiremos al lote como regalo adicional una copia del disco en vinilo (la reedición de Doxy Records).

El sorteo se realizará el día 6 de enero a las 6 de la tarde. El resultado se publicará como añadido a esta misma noticia y el ganador recibirá una comunicación por privado. Concurso limitado al territorio español. ¡Suerte y gracias a tod@s l@s participantes!

Actualización 6/1/2021. El ganador del sorteo ha sido Ángel Plaza. Sólo nos queda agradecer de corazón a todos los participantes que habéis compartido con nosotros vuestras fotos el entusiasmo, el cariño y la imaginación que le habéis echado. Nos ha encantado poder echar un vistazo a vuestras colecciones. ¡Feliz año!

La verdadera historia de los Caín y Abel del country


Si creías que los punkis eran unos destrozones, los metaleros unos desfasados y los góticos unos intensos, prepárate para descubrir una de las grandes historias de la música norteamericana: la hermosa y trágica saga de los Louvin Brothers, quizás el mejor y más influyente dúo de góspel y country que haya existido jamás… y sin duda el más turbulento. Nacidos en los años veinte en Alabama, en la zona sur de los Apalaches, los hermanos Louvin no podían ser más distintos entre sí. Charlie Louvin era un joven respetuoso, devoto y temeroso de Dios, pero su hermano Ira, que en otro tiempo había ido para predicador, vivía atormentado por todo tipo de diablos; veleidoso, mujeriego y alcohólico, se labró una merecida reputación de «hombre salvaje» debido a su costumbre de destrozar sus mandolinas sobre el escenario, acabar a golpes con miembros del público tan borrachos como él e insultar a Elvis Presley; también fueron notorias sus peloteras con su tercera esposa, a la que intentó estrangular con un cable de teléfono hasta que ésta se lo quitó de encima a tiro limpio. Aún tendría tiempo de casarse una cuarta vez.

Aunque en nuestro país no sean tan conocidos, los hermanos Louvin son toda una institución en Estados Unidos. Venerados por gigantes como Johnny Cash, Gram Parsons, Kris Kristofferson y Nick Cave, se les considera unos verdaderos maestros de la armonía, cuya reconocida influencia puede percibirse claramente en artistas tan variados como los Everly Brothers, The Byrds, Emmylou Harris, Mark Lanegan, She & Him o incluso Beck (que llegó a tener un grupo dedicado en exclusiva a interpretar versiones de los Louvin y la Familia Carter). Entre 1947 y 1962, grabaron una docena de álbumes, colaron trece sencillos en las listas de éxitos y cumplieron su sueño de convertirse en miembros fijos del venerable Grand Ole Opry. Pero, tal como demuestra su fugaz carrera, los sacrificios que a veces debe realizar uno para llegar a cumplir su sueño pueden acabar haciendo que se pregunte si de verdad merecía la pena. La historia de los Louvin, que comenzó en triunfo tan pronto como la música les permitió huir de la granja algodonera de su severo padre, terminó quince años más tarde en tragedia.

La autobiografía de Charlie Louvin, coescrita junto al novelista Benjamin Whitmer, plasma con crudo detalle su infancia en una pequeña granja familiar durante los años de la Gran Depresión, cuando la música y la religión eran la única huida a una existencia ruda y embrutecedora, marcada por la escasez y las cosechas del algodón. Charlie e Ira encontraron una salida en las tremebundas baladas tradicionales que les legó su madre y en las canciones espirituales que aprendieron en la iglesia, pero el explosivo y a la vez restrictivo ambiente de la música country en los años cincuenta y sesenta que les abrió las puertas de la fama también acabó por ser su perdición. Satán es real es la épica historia de dos hermanos unidos por el amor, el odio, la religión, el alcohol, la sangre y la música.

¡Empieza a leer! Pincha aquí para descargarte las primeras páginas de Satán es real: la balada de los Louvin Brothers. Traducción de Javier Lucini. Prólogo de Kris Kristofferson. 304 páginas. 60 fotos. A la venta en noviembre.

«Ácido, socarrón y brutalmente sincero de un modo que sin duda ofenderá a los puristas de la música country. Repleto de peleas a puñetazos, anécdotas peripatéticas y encuentros cercanos con compañeros de la carretera, como Elvis Presley, Hank Williams, Roy Acuff, Johnny Cash y muchos otros».
—Alex Abramovich, The New York Times

«La historia de toda una generación del country ya desaparecida. Si recolectar algodón a mano era un trabajo duro y desagradable, los hermanos Louvin descubrieron que ganarse la vida con la música tampoco le iba a la zaga. Charlie hizo ambas cosas y vivió para contar la historia. Ni su vida ni las descripciones que de la misma hace en sus memorias son aptas para lectores impresionables».
—Les Kerr, Paste Magazine

«Los discos que Ira y Charlie Louvin grabaron en los años 50 y primeros 60 se cuentan entre los más reverenciados e influyentes de la historia del country. Pero la extraordinaria armonía que les caracterizaba sobre el escenario no tuvo eco en sus vidas fuera de él, un hecho que queda meridianamente claro desde el primer capítulo de Satán es real, unas memorias nada dadas a la nostalgia ni al recuerdo reverente».
—Randy Lewis, Los Angeles Times

«Peter Kreeft defendió una vez la existencia de Dios de la siguiente manera: “Tenemos la música de Johann Sebastian Bach, por lo tanto debe existir Dios”. Si te interesa la música tradicional y el género americana, uno podría hacer la misma afirmación sustituyendo la premisa de la argumentación por “Tenemos las canciones de los Louvin Brothers”».
—David Werther, Journey with Jesus

«La mezcla de luz y oscuridad que caracterizó su música fue un reflejo de sus vidas».
—The New Yorker

Un año en la vida de una estrella de rock rota


«Durante la época más oscura y perdida de mi vida escribí un diario. En casa, mientras me desquiciaba, o estando de gira, anotaba mis ocurrencias en libretas maltratadas o en pedazos de papel. A veces escribía sobrio y cuerdo. Otras, eran  las reflexiones de un loco. Creo que, en mi mente comatosa de drogadicto, pensaba que mi diario era el único que me entendía. Quizá mi único amigo, alguien en quien confiar».
—Nikki Sixx

Cuando Mötley Crüe alcanzó el punto álgido de su fama, no había droga que Nikki Sixx no estuviera dispuesto a consumir. Se pasaba días enteros —a veces a solas; a veces, en compañía de otros drogadictos, amigos y amantes— envuelto en una bruma inducida por el consumo de cocaína y heroína. El subidón era innegable, y las entradas en el diario de Nikki reflejan su euforia, pero los bajones eran cada vez más terribles y a menudo terminaban con nuestro protagonista encerrado en un armario, rodeado de jeringuillas e inmerso en delirios paranoicos. En una de las memorias más singulares jamás publicadas sobre la drogadicción, Nikki comparte aquellas entradas de su diario correspondientes al año en que su drogodependencia se descontroló por completo hasta llevarle al borde mismo de la muerte. Algunas de ellas son poéticas, otras delirantes y absurdas, pero todas reflejan el momento en que fueron escritas. Para proporcionar un contexto adecuado, las entradas vienen comentadas con la perspectiva que da el tiempo por el propio Nikki, acompañado de toda una serie de amigos, colegas, exparejas y familiares que sufrieron en carne propia las consecuencias de lo narrado. Tommy Lee, Vince Neil, Mick Mars, Slash, Rick Nielsen, Bob Rock o Ross Halfin son sólo algunos entre la más de dos docenas de nombres que intervienen en el libro para poner un poco de orden en la locura.

Los diarios de la heroína fue publicado originalmente en el año 2007 por Pocket Books. Diez años más tarde, fue relanzado por Gallery Books con un añadido de ochenta páginas de material inédito; es esta nueva «Edición Décimo Aniversario» la que ha servido de base para la que va a publicar Es Pop Ediciones. Su elaboración, en cualquier caso, ha resultado ser uno de los trabajos más complicados a los que hemos debido hacer frente desde que iniciamos nuestra andadura, ya que, de algún modo, en el paso de una editorial a otra, los archivos digitales de la edición de 2007 acabaron extraviándose. Esta pérdida no supuso ningún problema para su reedición en Estados Unidos, donde se reutilizaron directamente las planchas de imprenta originales; realizar una versión en otro idioma, sin embargo, exigía tomar una decisión: publicar el texto tal cual, sin los añadidos gráficos (que son numerosos) o volver a recrear desde cero sus más de cuatrocientas páginas, recuperando todas las fotos, dibujos, notas manuscritas, etcétera. Desde nuestro punto de vista, una solución de compromiso habría resultado insuficiente y decepcionante para cualquiera que haya visto el original estadounidense, por lo que decidimos optar por la segunda solución, a pesar de sus dificultades. El proceso ha sido largo, tortuoso y complicado, de ahí que la publicación del libro haya ido acumulando un exasperante retraso tras otro desde que anunciamos por primera vez nuestra intención de editarlo. Sabemos, porque así nos lo habéis hecho notar, que éste era uno de los libros más esperados por nuestros compradores habituales, de modo que queremos aprovechar la ocasión para pediros disculpas por la demora. Si nada se tuerce, Los diarios de la heroína se publicará finalmente este año. Mientras tanto, podéis ir endulzando la espera con este adelanto de las primeras páginas; sólo esperamos que haya merecido la pena.

¡Empieza a leer! Pincha aquí para descargarte el primer capítulo de Los diarios de la heroína: un año en la vida de una estrella de rock rota (6 MB).

«Con Los diarios de la heroína, Nikki dio por completo en el clavo, sumergiendo al lector en un viaje hacia la locura mediante su particular estilo de escritura confesional, por momentos casi claustrofóbica. Una magnífica crónica de la pesadilla de la adicción en un contexto de rock ‘n’ roll».
—Slash

«Una ópera rock moderna basada en su temporada en el infierno».
The New York Post

«Presenta un nuevo modelo para las autobiografías roqueras».
The New York Times

Robert Harris aterriza en Es Pop con “Vender a Hitler”

21 de abril de 1945: un avión de transporte de la Luftwaffe despega entre las ruinas de Berlín con un cargamento de documentos secretos pertenecientes a Adolf Hitler. Media hora más tarde, el avión se estrella en el bosque de Heidenholz, cerca de la frontera checa, una zona que pronto quedará dominada por el Ejército Rojo y acabará formando parte de la futura Alemania del Este. Apenas hay supervivientes, pero los campesinos locales consiguen llegar al lugar del siniestro a tiempo para rescatar parte de la carga de entre las llamas.

Primavera de 1983: una revista alemana saca a subasta los derechos de publicación de los diarios secretos de Hitler. Representantes de los mayores grupos de comunicación del planeta se reúnen en la cámara acorazada de un banco suizo, decididos a hacerse con ellos como sea. El precio inicial son más de tres millones de dólares, pero las negociaciones no tardan en torcerse.

Próximamente en Es Pop Ediciones: Robert Harris, el popular autor de grandes bestsellers como Patria, Múnich, El poder en la sombra o la Trilogía de Cicerón, despliega en Vender a Hitler el característico pulso narrativo de sus mejores thrillers para plasmar la historia del supuesto descubrimiento de uno de los documentos más codiciados del siglo XX: los diarios privados de Adolf Hitler. Un fiasco de proporciones mayúsculas protagonizado por falsificadores, ladrones, periodistas avariciosos, viejos nazis recalcitrantes, magnates sin escrúpulos, historiadores burlados y maletines repletos con disparatadas sumas de dinero. Y eso es sólo el comienzo…

El escándalo de los diarios de Hitler fue un buen recordatorio del persistente influjo del dictador sobre la imaginación del mundo. La noticia de su descubrimiento generó titulares en todos los países, copando cinco días consecutivos la primera plana del New York Times. Avispados hombres de negocios se revelaron dispuestos a pagar enormes sumas por un material del que apenas habían leído una pequeña fracción. No importaba que el contenido fuese tedioso y banal: bastaba con que hubiera sido escrito por él. Los diarios también devolvieron brevemente a Hitler al ruedo de la diplomacia internacional, convertido en un arma más para la Guerra Fría. Radio Moscú alegó que el asunto revelaba claramente la mano de la CIA. La embajadora de Estados Unidos en la ONU acusó a la URSS de haber creado los diarios «para sembrar la desconfianza entre Norteamérica y sus aliados alemanes». El Jefe de Estado de la República Democrática Alemana canceló un viaje a la RFA, en protesta ante lo que denunció como una campaña de la prensa occidental: las alegaciones de que los diarios habían sido creados en una «fábrica de falsificaciones» de Alemania del Este sentaron rematadamente mal en Berlín. El origen de los diarios, sin embargo, era mucho más prosaico y picaresco, fruto del encuentro entre dos personajes singulares: Gerd Heidemann, veterano reportero de investigación de la revista Stern que cayó presa de una malsana obsesión por el nazismo, y Konrad Kujau, un criminal de poca monta con buena mano para la pintura que comenzó falsificando cupones de comida hasta que descubrió el lucrativo mercado clandestino creado en torno a los cuadros de Hitler. En Kujau, Heidemann encontró un interlocutor cuyo talento para inventar historias estaba a la altura de su propensión para creérselas. Y, entre ambos, echaron a rodar una bola que creció a pasos agigantados gracias a sucesivos errores de juicio motivados por la avaricia, una nutrida colección de egos descontrolados y una fiebre insaciable por conseguir la mayor exclusiva de la historia… en lo que acabó resultando ser el mayor fraude de la historia.

¡Empieza a leer! Pincha aquí para descargarte el primer capítulo de Vender a Hitler.

Un incisivo análisis de algunas patologías de la prensa contemporánea. Debería ser de lectura obligatoria para periodistas en ejercicio y aspirantes al oficio.
—Diego A. Manrique, El País

La emocionante, intricada y patéticamente divertida anatomía de una estafa. De manera detallada, pero sumamente entretenida, Harris resuelve el misterio de cómo un fraude evidente fue codiciado cual la gallina de los huevos de oro.
The Daily Mail

Exhaustivo, mordaz e hilarante. Pero, por mucho humor que podamos hallar en la saga de los diarios, también contiene numerosas advertencias.
The New York Times

Probablemente el mejor libro sobre periodismo contemporáneo en más de una década y sin duda el más entretenido.
Columbia Journalism Review